Clarice Lispector: Todo en el mundo empezó con un sí

Escritora por necesidad existencial, buscadora incansable de la palabra precisa, Clarice Lispector se ha constituido como una de las autoras más importantes de la literatura del siglo XX. Su obra es indefinible. A caballo entre géneros, la búsqueda es siempre interior, íntima y, sin embargo, toca el fondo de los más básicos cuestionamientos filosóficos: ¿cómo se es humano?, ¿cómo se es mujer?, ¿cómo se forma parte de este mundo?

Nacida por el azar del exilio en Ucrania, su familia se establece en Brasil cuando Clarice tiene solo un año. Muy joven, en 1943, publica su primera novela, Cerca del corazón salvaje. Contrae matrimonio con un diplomático de carrera, y pasa los siguientes dieciséis años viviendo en diferentes países de Europa y en E.U., con sus dos hijos. Continúa escribiendo a lo largo de toda su vida, alternando entre su rol de madre, ama de casa y autora consagrada, hasta 1977, año en que fallece, víctima de cáncer.

El total de la obra de Clarice se compone de nueve novelas, más de setenta cuentos, además de ensayo, poesía y literatura infantil. También escribió crónicas para revistas femeninas y diarios (más por necesidad económica que por gusto). De entre sus novelas, las más aclamadas por el público y la crítica son La pasión según GH y La hora de la estrella. Sus mejores cuentos: los reunidos en su libro Lazos de familia.

Leer a Clarice Lispector no es siempre fácil. Sus relatos se desarrollan a partir de una anécdota sencilla y de personajes cotidianos, anti heroicos, que sirven como eje en torno al cual giran reflexiones de gran complejidad. Muy a menudo, esta mezcla entre acción mínima y pensamiento culmina en una epifanía casi mística, a la que Clarice accede traspasando las fronteras que delimitan la norma y la locura.

Leer y disfrutar a Clarice Lispector implica una lectura atenta a la palabra, a la construcción de la frase, y a la pregunta a la que esta invita. Implica no esperar respuestas y, sin embargo, de vez en vez y por sorpresa, obtenerlas. Leer a Clarice Lispector nos incluye en un público de lectores cada vez más amplio, que reconoce la grandeza de una obra misteriosa y compleja, obra que, en palabras de Daniela Tarazona, “procuró asir con palabras lo indecible de la existencia”, y que, en ocasiones, lo logró.

Hoy, nuestro espacio toma prestado el nombre de Clarice Lispector como un homenaje a su persona y a su literatura, un guiño de complicidad ante una mujer en busca de su lugar en un mundo en el que todo empezó con un sí

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